Profesiones que suelen hacer mediación
Los abogados son unos de los profesionales que más relevancia están teniendo en la mediación, por el doble papel que pueden ejercer en ella. Por un lado los abogados acostumbrados a lidiar con conflictos y a tratar con los problemas de la gente son un buen perfil a la hora de ejercer como mediadores. Pero los abogados además juegan un gran papel en la mediación ejerciendo de letrados puesto que asesoran y pueden ayudar a las partes a ganar confianza en el proceso de mediación. Además los abogados darán forma legal a los acuerdos de mediación lo que dará mayor seguridad al proceso.
Cuando la mediación empezó a tomar forma en nuestro país, uno de los sectores más contrarios a la misma fue precisamente los abogados, ya que su profesión se sostiene en el ámbito del litigio y podrían ver en las soluciones alternativas a la resolución del conflicto una herramienta que les desplazaba y les dejaba fuera de la controversia. Sin embargo, en los últimos años y gracias a la apertura de áreas específicas dentro de sus colegios profesionales como por ejemplo los centros de mediación del ICAM, ICAV, ICALI, ICAB entre otros, han fomentado que los abogados empiecen a ver la mediación no sólo como profesionales con un papel significativo dentro del proceso de mediación, sino como una alternativa complementaria a sus profesiones.
Cuando en un sujeto se juntan ambas circunstancias, es decir, ejerce de abogado y ejerce de mediador, tiene que dejar muy claro cuál es su papel en cada momento, es decir cuándo actúa como abogado y cuándo actúa como mediador. Puede ser complicado para un abogado acostumbrado a aconsejar, asesorar, tomar partido, y demás actitudes propias de su profesión, ponerse en el papel de mediador con un rol tan distinto e independiente de la representación de las partes.
Pero los abogados no son los únicos que han entrado en el mundo de la mediación, muchas otras profesiones están jugando un papel relevante en la misma.
Si bien la mediación lleva ya su recorrido desde hace años en ámbitos profesionales como son la educación, la psicología o los trabajadores sociales por su trato directo con los conflictos interpersonales, cada vez son más profesionales de lo más variopinto los que van entrando en el mundo de la mediación como son arquitectos, ingenieros, topógrafos, administradores de fincas, procuradores, economistas, etc… que han visto, en tiempos de crisis, en la mediación, una vía alternativa a sus profesiones con el plus que los conocimientos concretos en sus especialidades pueden aportar.
Las cámaras de comercio y las asociaciones empresariales también han encontrado en la mediación una vía eficaz de resolución de conflictos.
Hasta la ley 5/2012 que desarrolla Directiva Europea 2008/52 la única mediación que había en España era mediación familiar dirigida básicamente por psicólogos y trabajadores sociales y la mediación en las escuelas o centros de enseñanza por educadores o pedagogos, en las que incluso bajo la dirección de éstos, eran los propios alumnos los que ejercían de mediadores.
La Ley 5/2012 no especifica qué tipo de profesional es el más indicado para ejercer la mediación, en su artículo 11.2 indica como requisitos estar en posesión de título oficial universitario o de formación profesional superior y contar con formación específica para ejercer la mediación, que se adquirirá mediante la realización de uno o varios cursos específicos impartidos por instituciones debidamente acreditadas, que tendrán validez para el ejercicio de la actividad mediadora en cualquier parte del territorio nacional.
El Real Decreto 980/2013, de 13 de diciembre, por el que se desarrollan determinados aspectos de la Ley 5/2012, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles, concreta un poco más en cuanto al número de horas necesarias si bien sigue dejando abierta la cualificación profesional a cualquier ámbito.
Los abogados empiezan a entender que la mediación no va a suponer una merma en su trabajo sino que los despachos de abogados deben adaptarse para poder ofrecerle al cliente aquel procedimiento que entiendan pueda ser más beneficioso, convirtiéndose en colaboradores necesarios de la misma, no sólo asesorando a sus clientes, sino jugando un vital papel en la redacción de los acuerdos.